11.20.2009

Secuestrando a Dorothy.

Menudo cabreo que te agarraste amigo. Tu ahí, viendo desarrollarse la tormenta, viendo crecer el huracán que milagrosamente apenas rozaba las casas. Y vas, y no se te ocurre otra cosa que llevarte a Dorothy por delante. ¡Por el amor de Dios! ¡Esa tía mató a dos brujas y tú te la traes a casa! ¿No te das cuenta de que esto va explotar en cualquier momento?
Sin embargo, te gusta levantar la jodida casa por los aires, ver avanzar un mar sobre otro en cortinas de lluvia. Sabes que al final llegará la calma, y dormirás mientras el mundo descanse.

Tomate tu tiempo para disfrutar. Tomate tu tiempo para descansar.

11.06.2009


Muy bien, pon de nuevo en marcha la absurda idea poco comprometida y nada llevada a cabo de publicar algo regular. Supongo que tu hedonismo incorregible te ha llevado a abandonar esta aventura, pero bastará con que una dama pida un segundo acorde, con una sonrisa nublada por el tabaco, para que te levantes de la cama y dejes de pelearte con la resaca. Y como siempre escribes de cosas positivas, recordarte que los errores deberían servir para aprender, para lamentarse no sirven de anda, y como dijo Aldous Huxley, "revolcarse en el fango no es la mejor manera de limpiarse". Así pues, queda inaugurado, hasta nuevo aviso, y sin periocidad concreta, tu ventana a lo poco bueno que queda detrás, con el mismo espíritu chapucero de un mono borracho dibujando con el ratón.